El valor de nuestra moneda frente al dólar no es solo una cifra en las pantallas financieras; es un termómetro que mide la temperatura de la economía y un factor decisivo que puede redefinir las estrategias de importación y exportación. La reciente caída del peso mexicano ha encendido las alarmas y generado un sinfín de preguntas. Comprender este fenómeno es crucial, ya que sus efectos se propagan por toda la cadena de suministro global, impactando desde el costo de las materias primas hasta el precio final de los productos en el anaquel.
En UMAD estamos convencidos de que la mejor formación académica es aquella que combina una base teórica sólida con un análisis profundo de la coyuntura actual. Por ello, a través de programas como nuestra Licenciatura en Comercio Exterior y Derecho Aduanal, fomentamos en nuestros estudiantes una comprensión integral de los fenómenos económicos que moldean el escenario internacional. Entender por qué cayó el peso mexicano no es solo un ejercicio académico, sino una herramienta indispensable para los futuros profesionales que tomarán las decisiones estratégicas en el competitivo mundo del comercio global, así que continúa leyendo.
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¿A qué se debe la caída del peso mexicano?
La depreciación de una moneda rara vez obedece a una causa única. En el caso del peso mexicano durante este 2025, su comportamiento ha sido el resultado de una compleja interacción de factores tanto internos como externos, que podemos clasificar en catalizadores de corto y largo plazo:
Razones a corto plazo
Estos son los factores que generan volatilidad inmediata en los mercados y pueden provocar movimientos abruptos en el tipo de cambio.
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Política monetaria y diferencial de tasas
Uno de los motores más potentes del valor de una divisa es el diferencial de tasas de interés con otras economías, principalmente la de Estados Unidos. Durante este 2025, el Banco de México (Banxico) ha realizado ajustes a su tasa de interés en respuesta a la dinámica inflacionaria. Por su parte, las decisiones y expectativas en torno a los movimientos de la Reserva Federal (Fed) de EE.UU. han sido determinantes.
Cuando la Fed insinúa o realiza recortes a su tasa de interés, el dólar tiende a debilitarse, lo que usualmente beneficia al peso. Inversamente, si la Fed mantiene o sube las tasas para controlar su propia inflación, los capitales tienden a buscar la seguridad y el rendimiento del dólar, presionando a la baja a monedas emergentes como la nuestra.
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Datos de inflación
Los mercados reaccionan con sensibilidad a los reportes de inflación tanto en México como en Estados Unidos. Una inflación en EE.UU. más alta de lo esperado puede llevar a la Fed a adoptar una postura más restrictiva, fortaleciendo al dólar. A nivel local, aunque Banxico ha buscado moderar la inflación, la persistencia de ciertos niveles de precios genera nerviosismo.
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Incertidumbre comercial y aranceles
Las tensiones comerciales representan una amenaza constante. Durante este año las políticas proteccionistas y las amenazas de imposición de aranceles por parte de la administración de Donald Trump en Estados Unidos han sido un factor clave de depreciación. Aplicar un arancel generalizado a los productos mexicanos genera una enorme incertidumbre que castiga al peso, ya que más del 80 % de las exportaciones mexicanas tienen como destino el mercado estadounidense.
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Datos económicos locales
Indicadores como la producción industrial también tienen un impacto directo. Datos que muestran una contracción en este sector, como los reportados en meses recientes, envían una señal de debilitamiento económico que provoca retrocesos en la moneda.
Razones a largo plazo
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Incertidumbre política y jurídica interna:
La percepción de riesgo sobre el ambiente de negocios en México es un factor crucial. Reformas constitucionales, como la propuesta para el Poder Judicial, han generado preocupación entre los inversores, quienes temen una erosión del estado de derecho y de la autonomía de las instituciones. Esta incertidumbre puede frenar la llegada de nuevas inversiones y propiciar la salida de capitales, debilitando al peso.
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Crecimiento económico y perspectivas a futuro
Las proyecciones de crecimiento para la economía mexicana en 2025 han sido revisadas a la baja por diversas organizaciones internacionales como la OCDE, el FMI y el Banco Mundial. Un crecimiento económico débil o estancado, comparado con el de otros países, hace menos atractiva la inversión en México y, por ende, en su moneda.
La desaceleración económica de Estados Unidos, nuestro principal socio, también impacta directamente en las exportaciones y el dinamismo económico nacional.
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El fenómeno del nearshoring
Aunque el nearshoring (la relocalización de cadenas de suministro a países cercanos) ha sido una fuente de fortaleza para México, atrayendo inversión extranjera, su ritmo parece haberse moderado. Las mismas tensiones comerciales y la incertidumbre política interna pueden estar frenando la concreción de nuevos proyectos, limitando un factor que había sido clave para la apreciación del peso.
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Elecciones en Estados Unidos
El ciclo electoral en EE. UU. es una fuente de volatilidad para México por antonomasia. La posibilidad de un cambio de administración y la implementación de políticas comerciales más agresivas generan un escenario de riesgo que los mercados descuentan con anticipación, afectando el valor del peso.
Entender cómo interactúan estos factores es clave para anticipar los posibles movimientos del tipo de cambio. Si te apasionan estos temas y quieres profundizar en cómo las decisiones políticas y económicas globales impactan en el comercio, haz clic en el botón de WhatsApp y un asesor resolverá todas tus dudas sobre nuestro plan de estudios.
¿Qué implicaciones tiene la caída del peso mexicano?
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Encarecimiento de las importaciones
Esta es la consecuencia más directa. Desde bienes de consumo final, como aparatos electrónicos y ropa, hasta insumos y maquinaria para la industria, todo lo que México compra del exterior se vuelve más caro. Esto presiona los costos de producción de las empresas y reduce el poder adquisitivo de las familias.
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Impacto en la inflación
Muchos de los productos de la canasta básica y otros bienes tienen componentes importados. Al subir de precio por el tipo de cambio, se genera una presión inflacionaria que afecta directamente el bolsillo de los consumidores. Si la depreciación es prolongada, Banxico podría verse forzado a mantener altas las tasas de interés, frenando el crecimiento económico.
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Beneficio para los exportadores
Las empresas que venden sus productos al exterior reciben más pesos por cada dólar que ingresan. Esto aumenta sus márgenes de ganancia y su competitividad en los mercados internacionales. Sectores como el automotriz, el agroindustrial y el manufacturero son los principales beneficiados.
Sin embargo, este beneficio puede ser opacado si la debilidad del peso se debe a factores que también afectan la demanda externa, como una recesión en Estados Unidos.
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Aumento en el valor de las remesas
Las familias que reciben dinero de sus parientes en el extranjero ven un incremento en el monto en pesos que reciben por cada dólar. Dado que las remesas son una de las principales fuentes de divisas para México, esto representa un alivio para millones de hogares.
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Impacto en la deuda denominada en dólares
Para el gobierno y las empresas que tienen deudas contratadas en dólares, una depreciación del peso significa que necesitan más pesos para cumplir con sus obligaciones. Esto puede presionar las finanzas públicas y la salud financiera de las compañías endeudadas en moneda extranjera.
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Turismo
Un peso más barato hace de México un destino más atractivo para los turistas extranjeros, quienes ven aumentar su poder de compra. Esto puede impulsar a uno de los sectores más importantes para la economía nacional.
El comportamiento del peso mexicano es un claro ejemplo de cómo la economía global y las decisiones políticas están intrínsecamente conectadas. Para navegar con éxito en este entorno, se requieren profesionales con una visión estratégica, capaces de analizar la coyuntura y anticipar los riesgos y oportunidades.
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